La valentía vive para siempre.
Hoy se cumple un año de una guerra que los líderes militares y políticos rusos creían que ganarían en unos días.
Pero la valentía lucha por siempre, fortalecida por cada bomba, cada apagón, cada bala. Envalentonado por los intentos devastadores pero desesperados e inconexos de un enemigo agitado para aplastar algo que no se puede sostener. Galvanizados por las historias de perseverancia y determinación que salen de los escombros. Y las historias que no.
Esa valentía es contagiosa. Contagia indiscriminadamente a todos los que toca con una necesidad incurable de defender la soberanía de la humanidad donde sea que esté bajo ataque con armas que ningún ejército puede empuñar y ningún general puede comandar.
Y ahora, esa valentía debe ser unificadora. Exige que reconozcamos que esta no es la guerra de otra persona, y mientras el mundo comienza a escribir el próximo capítulo de estas historias, la valentía nos hace tres preguntas a cada uno de nosotros.
¿Estarás del lado de Ucrania?
¿Lucharás por el futuro de la libertad?
¿Harás campaña por la humanidad?
Unáse con nosotros, y tu valentía también puede vivir para siempre.
